Sálvese Usted Mismo!

domingo, 23 de septiembre de 2007

No leer

Llevo más de 15 minutos con la página de edición abierta, en blanco, pensando qué escribir. Cambio ocasionalmente de ventana, buscando entre mis carpetas, o viendo otras páginas que no me entretienen, y leyendo cómics al azar.
Siento la necesidad de escribir. De repente, me senté aquí, y me dije "Tienes que escribir. Hoy es un buen día para escribir". Vale, pero de qué?
Ya no tengo cigarros. Las colillas me guiñan los ojos seductoramente desde el cenicero, pero no son muchas y tengo que administrarlas. Quiero un café, la garganta me raspa de la manera que raspa cuando se me antoja un café. No mames, son las 11.30 de la noche, y según la tradición de convivir todos los días con mi cuerpo, no se toma café a las 11.30 de la noche, menos aún dos, y ya me tomé uno. Me vale madre, y voy a poner agua.

Espero a que hierva. No, que no hierva, no me gusta muy caliente, apenas que suelte vapor. Oh sí.
Chin, se me pasó. Sirvo el agua, está muy caliente. No lleno la taza, y al moverla para ponerle agua del garrafón, tiemblo, me salpica, y me quemo.
A éste sí le pondré azúcar. Una. No recuerdo desde cuándo empecé a tomarlo sin azúcar. Creo que desde que entré al hospital. Y nisiquiera recuerdo el motivo.
Al regresar con mi café, vuelvo a temblar, salpicar, quemarme, y ahora hay una mancha en el suelo.
Me quemo la lengua cuando le tomo. Chale, no me salió como lo quería. Empieza una canción que me avisa algo. Sonrío.

Todo el día me he sentido raro. En la mañana tuve una especie de.. no fue crisis. Fue rush de consciencia. Sigo tomando mi café. Putamadre, necesito un cigarro. Viene la primera colilla. Agh! me quemé el labio por wey. Uhm, aliviana. Sabe feo, pero aliviana.

Me voy con la música.

Dejo de escribir un rato, me relajo. Y descubro que ya se fue la cruda. Qué bien.

Y descubro, que mi cabeza está más preocupada pensando en porqué la compu no jala unos juegos, o en qué voy a hacer mañana. Y si prefiero leer.

Nimodo.

Clic!

3 comentarios:

Garnacher dijo...

Y cómo hacías todo éso sin dejar de teclear?

NOTA: No leí.

Anónimo dijo...

¡con que sí! te pesqué... este texto cambió desde la primera vez que lo leí.

El Pirata Cojo dijo...

Mientes, no ha cambiado. Garnacher está de testigo, aunque no lo leyó.