¿Mucho ruido y pocas nueces?

En el post pasado les di la fórmula mágica a ustedes, mis queridos ociosos, lerdos en cuestiones del amor y relaciones interpersonales. Jamás les dije que fuera fácil. Es una simple racionalización del proceso que se debe llevar en estos asuntos, si desean tener éxito.
Pero, como sé que a ustedes se les tienen que explicar las cosas al más puro Sesame Street Style, y aparte pretendo estimular un poco su oscuro e indecente lado voyeurista (oh, dios, por qué me hiciste exhibicionista?), propongo lo siguiente:
A partir de hoy, he empezado a realizar una seria y laboriosa investigación científica, para corroborar los resultados de investigaciones anteriores, y confirmar la hipótesis establecida en la fórmula que les otorgué de manera tan magnánime, o en todo caso, deshecharla y reestructurarla. Conforme vaya obteniendo resultados, iré publicándolos.
Se preguntarán ¿En qué consiste dicha investigación? Sencillo, muy sencillo. Simplemente pretendo seguir con los pasos ya antes mencionados, y desarrollarlos con la estrategia más adecuada. Osea, hay una chava que me gusta, que no conozco, y quiero ligármela.

Vayamos por partes. Recordemos la fórmula. Buscamos pasar momentos agradables con una persona, entonces buscamos con quién, cómo y cuando. Si no acepta, o no se puede, habrá que buscar otras posibilidades, otras circunstancias, otra persona. (Aún no cuento con la ecuación matemática de la que alguna vez había hablado, pero trabajo en ello). Masio quiere ligarse a una chava, y pasar momentos agradables con ella (imaginen lo que quieran). Masio busca a quién ligarse. Masio busca aproximación con ella. Masio trabaja cierto tiempo en esta aproximación, hasta que se den las circunstancias adecuadas para que se de un acercamiento más, digamos.. cercano. Si de a tiro no se puede, buscar nuevas estrategias, o borrón y cuenta nueva.
Bien podría llevar un proceso acelerado, haciendo uso de todas las técnicas milenarias aprendidas a lo largo de mi (evitemos adjetivos) vida. Pero no, vamos a hacer esto con tranquilidad, para mantenerlos al tanto, y comprobar montón de hipótesis con respecto a las enigmáticas mujeres (no me importa que también hayan mujeres que lean esto, sé que en el fondo resultan enigmáticas aún para ustedes mismas). Aclaro, no pretendo cosificar a las mujeres (o pinches viejas), al contrario, la intención es que gracias a mi amplio conocimiento y astucia descifrar ciertas incógnitas de la vida.
Bueno, a lo que nos truje (Chencha).

Llamémosle Individuo J. J, pa' los compas.
Ambos llevamos una clase en común, en la cual no conozco a nadie. Mi dinámica era siempre la misma. Llegar al salón, sentarme junto a una ventana y cerca de la puerta, para salirme a fumar sin problemas cuando alguna vieja fresa y pendeja empezara a hacer comentarios de la misma índole. J siempre llega tarde a la clase, cosa de 15 minutos. No es algo que en este momento me preocupe, ya llegará la ocasión de hacer el análisis pertinente. Desde el primer día de clase, cuando entró, con su sonrisa enigmática, me fijé en ella. Más bien, lo primero que vi fue su sonrisa, que raya en lo sardónica, pero sin llegar a serlo. Una sonrisa adorable. Ojos grandes, expresivos pero con un dejo de misterio (Jamás sabré de qué color son. Soy incapaz de ver el color de los ojos de alguien, aún con mis parejas y después de mucho tiempo de conocerlas, si me preguntan el color de sus ojos lo desconoceré). Morena, alta, delgada. A fin de cuentas, todo donde debe de ir, con las proporciones adecuadas. Pero sobre todo, su sonrisa y su mirada.
Pasaron varias clases, y siempre era un placer esperar esos 15 minutos de rigor, para verla entrar por la puerta, buscando con toda la calma un lugar dónde sentarse, siempre al fondo del salón, al extremo contrario de mi lugar.
Hoy, por designios del destino (y un poquito por mi desición), tuvimos un primer acercamiento. Al llegar yo al salón, encuentro que mi lugar habitual estaba ocupado. Chin. En ese momento, puesto que soy bien astuto, pienso "Bien Masio, cruza el salón, y siéntante cerca de donde ella se acostumbra sentar"(d4). Pasados los religiosos 15 minutos, aparece ella, y se dirige exactamente al lugar contiguo al mío (f6). Algún comentario casual con respecto a la tarea y la asistencia que dirige a mí (..., e5, primer acercamiento, todo marcha conforme a lo planeado).
Bendito sea el destino:

Profe bien cabrón- Bien, ahora nos vamos a divertir. Bueno, más bien yo me voy a divertir, si ustedes se divierten o no, no es mi pedo. Vamos a hacer una dinámica. Busquen una pareja, alguien a quien no conozcan, o no acostumbren llevarse mucho...

Masio dirigiéndose a sí mismo- Estas oportunidades no se presentan dos veces en la vida cabrón. ¿Así o más fácil la querías?
Masio contestándose a sí mismo- Otz.. Aguanta, ya verás.

(Masio dirige una mirada fugaz a la enigmática muchacha, de quien aún desconoce su nombre, y se voltea simulando que busca a alguien más, pero sin perder del campo visual a dicho personaje)(h3)

Muchachona enigmática- Eh.. pues tú y yo, no?(exd4, a wevo, cayó en el juego!)
Masio (fingiendo demencia y cierto desinterés)- Uh.. pues va. (Sus manos comienzan a sudar aceleradamente)
Masio dirigiéndose a sí mismo- Calma, calma! No muestres ningún signo de nerviosismo.

La verdad me da pereza relatar el resto de las dos dinámicas que hicimos. Resumiendo, la siguiente estrategia utilizada fue hacerla reír a la primera oportunidad. Fuentes fidedignas me han compartido la idea de que si en el primer acercamiento es posible hacer reír a una mujer, lo demás se facilita en sobremanera. No hizo falta mucho, sólo hacer uso de una de mis miradas inquisitivas capaces de destrozar las resistencias del más cerrado, esto en el momento justo, y hela ahí, como un haz divino (con todo y coro angelical): Su sonrisa enigmática, y una ligera carcajada con una mezcla de nerviosismo y sinceridad (c3, c6, cxd4, kiobo?).
Una dinámica más, unos cuantos comentarios en el momento adecuado, risas más despreocupadas de su parte, y listo: Su nombre (Individuo J. J, pa' los compas), y la primera barrera abajo.

Establecido el primer contacto, el siguiente paso será crear y fortalecer un vínculo de confianza.

Probabilidades de éxito hasta el momento: 47%

(Cálculo basado en la disposición de ambas partes en base al primer acercamiento, y factores que el resto de los mortales no entenderían)

¿Tendrá éxito el Masio en su siguiente acercamiento con J?

¿Su estrategia resultará efectiva?

¿Pondrá Masio atención en clase?

¿J hará en el mundo al pequeño Masio?

¿La hipótesis será confirmada?

¿Seguirá Masio con esta serie y relatará si lo batean?

¿Le dejarán de sudar las manos y podrá evitar al maldito Temblor Esencial Benigno?

Entérese de esto y más en la siguiente entrega de la serie El Masio descifrando a las viejas!