Asuntos varios.. Bah.

Hace días tuve una revelación. Precisamente el día que hice la investigación sobre el Virus T, documentándolo en video y todo el kit, al revisar el testimonio descubrí que existe una relación directamente proporcional entre el estado etílico de una persona, y el desarreglo de su peinado.
No entiendo el por qué. Independientemente de la actividad que pueda tener la persona en el momento de la peda, aún si uno está sentado con toda tranquilidad, y los únicos movimientos que efectúe sean para levantar la chela o el vaso, y fumarle al cigarro, termina despeinándose después de unas cuantas. Y entre más sean, más se despeina uno.
Y he estado pensando mucho sobre eso, sin poder llegar aún a una posible explicación. No los voy a decepcionar, bien saben que yo tengo respuestas para todo, y a veces que despierto de buenas les comparto algo de mi magna sabiduría. Quizá sólo haga falta hacer algunas investigaciones pertinentes, y gualá! Resuelto el misterio.

Uhm.. Cambiando de tema, la neta ahorita estoy escribiendo nada más por no dejar. Últimamente he bajado el ritmo y calidá' de mis publicaciones, pero prometo retomar el buen camino. Creo que es parte de los efectos secundarios de la epidemia de la que hablé en algún post pasado, pues también he notado que muchos bloggers pasan por situaciones similares. Qué mal pedo. Nimodo. De todos modos se lo queman.

Ahora, nomás pa' rellenar y que no se vea tan vacío esto, les aviento una crónica bastante pitera y desagradable de mi sábado en la noche. Me tomé muchas caguamas, le seguí con el legendario Güisquila, rompí una guitarra como todo rockstar que se respete, fui a un bule con unos amigos, y vomité a un lado de la mesa de lo baboso que andaba. De regreso, me morí en el carro de mi compa, y desperté al día siguiente con la chamarra vomitada por adentro. No lo entiendo, no señor. Creo que esta semana no pistearé. Pero aprendí algo muy chido, del Mar:
"Un amigo te invita unas caguamas y se las toma contigo. Un buen amigo, te invita un PicotPlus y se lo toma contigo". Y si es cierto. Me salvó la vida el pinche Mar, el domingo en la mañana. Después, un clamatito y una maruchan, y como nuevo. Ahí luego les cuento de mis amplios conocimientos de intervención en crudas.

Bah, se nota que hoy traigo la cabeza vacía. Qué pena, qué pena.